jueves, 18 de agosto de 2011

Contemplación

Circunstancias y susurros, sombras y azes de luz, movimientos y silencios, pensamientos y divergencia. Algo de todas estas cosas en algún momento se hacen latente en uno, este es uno de esos momentos, en donde una catarsis te invade, te vuelves contemplativo aprecias todo, ves lo bueno y lo malo, aprecias tu vaso medio lleno, pero aun asi tu alma se siente vacía.
Buscas un vinculo un algo mas permanente un algo mas predeterminado, unos brazos afables que te respondan con actos de filantropia y no por reciprocidad.
Momentos como estos me re definen, lo digo así de abiertamente porque así lo siento, cada gran momento de contemplación en mi vida sobre mi mismo, a pesar de que parezca una mera apreciación extremadamente narcisista simplemente es un miedo; es un miedo latente a ver que quiero o que hago por mi mismo.
Con las enfermedades latentes y el cansancio acosándome a diario y un plato de comida fría y austera esperándome y ver el café de la mañana a medio tomar helado desde la cocina, te das cuenta que ocasionalmente una mano amiga o algo mas no vendría mal, para acompañar esos momentos.
Volveré a este complejo de circularidad y hacer un feedback de como e vivido y que e hecho los últimos meses siempre es una buena idea. Raya para la suma es que el corazón esta vació pero sigue latiendo, la carne adolorida y maltrecha por la enfermedad, pero el alma fuerte y voluntariosa a entregar a quienes consideran aptos y buenos de corazón.
La mente se mantiene como la mayor de mis perversiones al hacer presente la subjetividad.